Prende la rumba, celebra el momento y déjate llevar por el sabor único de Fuego y Son.

Nuestra Historia

Fuego y Son nació bajo la luna de Oaxaca, en una noche donde las risas, la música y el calor de la tradición llenaban el aire. Inspirados por el espíritu festivo de nuestra tierra y el deseo de compartir su magia, decidimos crear un mezcal que capturara la esencia de cada celebración.

Cada botella de Fuego y Son lleva el sabor auténtico de agaves cuidadosamente seleccionados, trabajados con pasión por manos artesanas. Queremos encender la chispa de la rumba y llevar el gozo de Oaxaca al mundo, una copa a la vez. Este mezcal es más que una bebida: es un homenaje a los momentos que merecen ser celebrados.

Nuestros Mezcales

Proceso de elaboración del Mezcal Artesanal

Jima

Consiste en el corte de todas las hojas periféricas de las plantas maduras, acción que se realiza de manera manual mediante el uso de herramientas de acero como una coa, un machete o un hacha, lo cual una vez realizado se procede a sacar la planta desde su base (“despencar”) utilizando picos o barretas.

Las pencas sometidas a un proceso de cocimiento mediante el cual se realiza la hidrolización de los azucares.
Este proceso se realiza en hornos  construidos con materiales como roca volcánica, ladrillo o adobe, los cuales tienen la capacidad de retener el calor, manteniendo una temperatura uniforme.

Al finalizar la cocción, se destapa el horno¸ el maguey dulce cocido se coloca en un molino de piedra, el cual es jalado por un caballo o bestia para pisar y machucar las piñas extrayendo sus jugos y separando las fibras de la piña (bagazo).

En tinas de madera, los jugos, el bagazo y el agua se combinan para dar inicio a una fermentación natural, guiada únicamente por las levaduras de la fructosa que transforman los azúcares del maguey en alcohol, todo ello al aire libre. Según la temperatura ambiental, este proceso puede extenderse de una semana a un mes, requiriendo un monitoreo constante para detenerlo en el momento ideal y garantizar un mezcal de calidad excepcional.

En alambiques de cobre se coloca el resultado de la fermentación, líquidos y sólidos, para una primera destilación. Regular la temperatura es clave para extraer, gota a gota, el “ordinario”, un líquido con apenas 20% Alc. Vol. Este se somete a una segunda destilación en olla de barro para obtener un mezcal joven y cristalino.

El proceso es completamente artesanal, guiado por la experiencia de los maestros mezcaleros, quienes aportan su toque único. Cada gota representa años de paciencia, desde 7 hasta 30, dependiendo del maguey. Por eso, el mezcal no se bebe, se besa y se respeta.

 

 

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